martes, 23 de diciembre de 2014

LA SOCIEDAD DEL ESPECTÁCULO.










 "Y sin duda nuestro tiempo... prefiere la imagen a la cosa, la copia al original,
la representación a la realidad, la apariencia al ser... lo que es 'sagrado' para él
no es sino la ilusión, pero lo que es profano es la verdad. Mejor aún: lo
sagrado aumenta a sus ojos a medida que disminuye la verdad y crece la
ilusión, hasta el punto de que el colmo de la ilusión es también para él el colmo
de lo sagrado."
FEUERBACH, prefacio a la segunda edición de La esencia del Cristianismo.
1
Toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas
de producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos.
Todo lo que era vivido directamente se aparta en una representación.
2
Las imágenes que se han desprendido de cada aspecto de la vida se fusionan
en un curso común, donde la unidad de esta vida ya no puede ser restablecida.
La realidad considerada parcialmente se despliega en su propia unidad general
en tanto que seudo-mundo aparte, objeto de mera contemplación. La
especialización de las imágenes del mundo se encuentra, consumada, en el
mundo de la imagen hecha autónoma, donde el mentiroso se miente a sí
mismo. El espectáculo en general, como inversión concreta de la vida, es el
movimiento autónomo de lo no-viviente.
3
El espectáculo se muestra a la vez como la sociedad misma, como una parte
de la sociedad y como instrumento de unificación. En tanto que parte de la
sociedad, es expresamente el sector que concentra todas las miradas y toda la
conciencia. Precisamente porque este sector está separado es el lugar de la
mirada engañada y de la falsa conciencia; y la unificación que lleva a cabo no
es sino un lenguaje oficial de la separación generalizada.
4
El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre
personas mediatizada por imágenes.


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